Resumen de la intervención
¿Y si empezamos a poner cifras al valor de las universidades?
Recurrentemente se hace referencia a la innegable capacidad que tiene la educación en general, y las instituciones de educación superior en particular, para transformar y mejorar la vida de las personas que la reciben y de aquellas que se encuentran a su lado, generando una multiplicidad de efectos e interacciones que determinan el crecimiento y la prosperidad económica.
La amplitud de los efectos de la educación superior es tal que llega a dificultar la comprensión de la magnitud de la contribución que hacen estas instituciones al desarrollo económico, tanto de las personas como de los territorios en los que desarrolla su actividad. Esta complejidad, unida a la necesidad de cuantificar en qué medida las universidades devuelven a las sociedades el esfuerzo que estas hacen en su financiación, exigen abordar el diseño de metodologías que le pongan cifras al valor de la actividad universitaria y a la medición de su impacto, tanto en el corto como en largo plazo, desde el convencimiento de que uno de los mayores incumplimientos normativos de cualquier entidad sería no servir a los fines para los que fue creada.